Quiero dedicar esta publicación a las mujeres de La Cala hilos de plata, las que están «detrás del escenario». A ellas yo les confío mis diseños, les entrego un hilo de plata y me devuelven una obra de arte.
Cuando creamos la empresa Mariano y yo en 2006, quisimos que ésta tuviera un beneficio social, que llevara en sí parte del espíritu emprendedor y altruista de la Cala, mi bisabuela. Ella fue la responsable de haber podido crear esta empresa porque me enseñó a tejer desde niña. Fue una mujer luchadora, una de las pocas de su generación que trabajó y estudió hasta anciana.
Así que decidimos enfocar nuestra labor social a las mujeres de Perú, nuestro país de origen, a excelentes artesanas que generalmente no son reconocidas por su talento y son mal remuneradas.
En Lima existe mucha pobreza, miles de personas llegan a la capital buscando un futuro mejor y terminan viviendo en la periferia de la ciudad, en áridos cerros donde conseguir agua potable es una lucha diaria.
Las mujeres son las más afectadas ya que, en su mayoría, son las únicas responsables de criar y mantener a sus familias en un entorno económico poco favorable y sin los estudios que ellas hubieran deseado tener. ¡Son unas luchadoras!
Llegar a cualquier trabajo les significa muchas horas en un incómodo transporte público y muy peligroso a ciertas horas del día. Dedican tantas horas a ganarse el sueldo, que los hijos crecen sin los valores ni la educación que ellas les hubieran dado, formando parte de un patrón de pobreza que se repite por generaciones.
Las mujeres que trabajan con nosotros pertenecen a dos comunidades diferentes, reciben una excelente remuneración trabajando desde sus casas.
Tenemos la ventaja de contar con trabajadoras de un nivel altísimo y ellas de haber conseguido un buen trabajo que les permite encargarse personalmente de la crianza de sus hijos.
Frecuentemente soy halagada por crear joyas tan bonitas y me encanta. Dedico mucho tiempo a tejer cada diseño, materializar cada joya o tocado de novia para mis clientas, todas ellas con diferentes personalidades y estilos.
Recuerdo el momento y lugar exacto donde diseñé cada pieza (suelo hacerlo en «vacaciones», así que me puede pillar en cualquier lado del mundo).
Pero todo esto no lo podría hacer sin mi equipo, Clelia y Nelly, quienes a la vez son responsables de un grupo de vecinas. Gracias al crecimiento de la empresa, ellas también crecen profesional y económicamente.
Vivimos en Barcelona, una o dos veces al año vamos a Lima con los diseños nuevos y les enseño los detalles técnicos de todas las piezas que luego ellas tejerán. Somos un gran equipo, son unas grandes mujeres, emprendedoras y muy divertidas.
Acabo de regresar del segundo viaje del año y traigo conmigo muy buenos recuerdos y la nueva colección que pronto podrás conocer.
Ahora ya nos conoces más de cerca, la calidez de las manos que se encargaron de diseñar, tejer y cuidar cada detalle de tu joya o tocado de novia.
Queremos agradecerte porque como clienta, eres pieza clave en el crecimiento de esta empresa y en el desarrollo de toda la gente que hay detrás.
Hacemos también una mención especial a toda nuestra familia en Lima, que nos ayuda incondicionalmente.
Equipo de La Cala hilos de plata: Paola, Nelly, Clelia y Mariano
Clelia y Nelly trabajando
Nelly y Clelia